¡Fue excelente el boicot! ¡Abajo la trampa electoral de este sistema criminal!

El boicot activo de las elecciones del 7 de junio, acompañado por diversas protestas en muchas partes del país en contra de las elecciones y otras injusticias intolerables, representa un avance en la resistencia en el país y exhibió aún más la ilegitimidad del sistema económico y político imperante.

Además del 52% de la gente empadronada que no votó y el casi 5%  que anuló su voto, esta vez las diversas manifestaciones y acciones combativas para impedir la trampa electoral estremecieron el intento de las clases dominantes por encasillar y sofocar la actividad política de la gente dentro del proceso electoral, que solo sirve para reforzar su sometimiento.  

Con la trampa electoral solo se busca legitimar un sistema criminal

Son muchos los motivos que confluyeron para producir esta irrupción de resistencia:

A casi nueve meses del bestial crimen en Iguala, el asesinato de 6 personas y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el Estado entierra la verdad, encubre la participación de las Fuerzas Armadas y la Policía Federal, niega la justicia, amenaza y reprime a los que la exigen y amaga a cerrar la normal. Los alumnos de Ayotzinapa y los padres de familia de los 43 desaparecidos llamaron a no votar y a boicotear la elección porque no hay justicia. Los maestros de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) se unieron al boicot y la demanda de justicia para Ayotzinapa. Como agitó un maestro en Guerrero, “Aquí no se van a instalar casillas porque votar es para que te asesinen, para que te desaparezcan”.

Con la Reforma Educativa y la evaluación de maestros con base en exámenes estandarizados que discriminan contra los indígenas, los afromexicanos y las mujeres, el Poder busca desbaratar la resistencia magisterial, arrebatar los derechos laborales de los maestros, privatizar la educación y formar educandos que serían “máquinas parlantes” al servicio del sistema capitalista-imperialista.

El poder político y la máquina represiva de este sistema están completamente entrelazados con el crimen organizado. Las Fuerzas Armadas y la policía protegen a una u otra banda, “ejecutan” a gente desarmada, y masacran y desaparecen a muchos inocentes, sobre todo jóvenes. Casi siempre quedan impunes todos estos crímenes.

Fue justo boicotear las elecciones por todas estas razones, y la lucha por justicia por Ayotzinapa, por revocar la reforma educativa, y por parar los crímenes de sangre que a diario cometen las Fuerzas Armadas, la policía y los sicarios contra el pueblo, necesita fortalecerse.

La razón aún más fundamental de por qué es justo denunciar y boicotear las elecciones bajo el sistema actual es que estas elecciones son controladas por las clases dominantes, no determinan las decisiones básicas del gobierno, y sirven para tratar de legitimar el sistema, no para cambiarlo. Al crear la apariencia de la “aprobación popular” de los políticos en el gobierno, las elecciones sirven para disimular lo que en realidad es una dictadura de los grandes capitalistas, los imperialistas y los terratenientes.

Justas protestas del pueblo en contra de las elecciones

Sobre todo en Guerrero, Oaxaca y Chiapas, hubo acciones combativas de miles de personas. Los normalistas, padres de los desaparecidos, maestros, estudiantes, colonos, campesinos y otros marcharon, bloquearon carreteras, tomaron y quemaron oficinas del Instituto Nacional Electoral (INE) y de los partidos electorales, quemaron propaganda y boletas electorales y llamaron a la población a no votar. En Oaxaca tomaron 11 juntas del INE y bloquearon el aeropuerto, una refinería de Pemex, varias gasolineras y un centro de distribución de gasolina. En Huajuapan de León y Tlaxiaco en la Mixteca, los trabajadores, jóvenes y pobladores en general se unieron a los maestros para enfrentar la embestida de las fuerzas federales. En Huautla de Jiménez en la región mazateca, los pobladores pusieron 21 barricadas en la carretera y no pudieron ingresar ni las fuerzas federales ni los funcionarios de casillas, así que no hubo elecciones.

En Guerrero, sobre todo en Tixtla, Chilpancingo y Tlapa, marcharon, ocuparon carreteras, revisaron vehículos y quemaron la propaganda y las boletas que encontraron, entre otras acciones. En Tixtla quemaron la documentación de 26 casillas. Los damnificados de las tormentas Ingrid y Manuel en la Montaña de Guerrero, que aún carecen de casas y comida, protestaron sobre la carretera Tlapa-Puebla en oposición a las elecciones. En Chiapas hubo marchas y quemas de las oficinas de los partidos electorales. También en Veracruz, Michoacán, Morelos, Guadalajara, Chihuahua, Estado de México, el Distrito Federal y otras partes hubo protestas impulsadas principalmente por normalistas y maestros con la participación de otros sectores de la población.

Sangrienta represión por parte del Estado en nombre de la democracia

En nombre de la democracia, el Estado desplegó más de 20 mil tropas del Ejército, la Marina, la Policía Federal y la Gendarmería, que junto con policías estatales y esbirros pagados por el PRI y otros Partidos y protegidos por los uniformados, atacaron con balas, gases, piedras y palos a los que actuaron para impedir estas elecciones ilegítimas y en varios casos en contra de la población en general.

El mismo día de las elecciones en Tlapa, Guerrero, la Policía Federal asesinó a tiros a Antonio Vivar Díaz, un estudiante de la UPN de 28 años que era jefe de seguridad del Movimiento Popular Guerrerense (MPG), e hirieron a más de veinte personas, después de haber allanado las oficinas de la Coordinadora de Trabajadores de la Educación del Estado de Guerrero (CETEG) y detenido a 8 maestros. El 5 de junio en el mismo lugar la policía estatal había agredido a integrantes del MPG y la CETEG y protegieron a personas pagadas por el PRI y el PT que atacaron con palos y machetes a los que marcharon en contra de las elecciones, hiriendo al menos a dos docenas de personas, dos de ellos de gravedad. En Tixtla, Guerrero, 500 estudiantes que iban para Chilpancingo en autobuses para unirse al boicot allá fueron retenidos por la Policía Federal y estatal en un túnel. Repelieron a los uniformados y 5 estudiantes fueron heridos. Después, los uniformados que tenían sitiada a la ciudad protegieron a esbirros pagados por el PRI que agredieron con picos, palos y tubos, hiriendo a varios. En la Normal de Ayotzinapa, soldados y la Policía Federal cercaron a los luchadores, impidiendo que llegaran a Chilpancingo, mientras helicópteros de la Marina amenazaban desde el aire.

En Oaxaca golpearon e hirieron a muchos y detuvieron a más de 100 personas, con 25 personas todavía encarceladas en prisiones federales. El 5 de junio hubo dos ataques contra estudiantes activistas. Uno en Xalapa, Veracruz, donde hombres con pasamontañas y chalecos policiales irrumpieron en un domicilio particular para agredir con machetes, bates, bastones y armas largas a varios estudiantes de la Universidad Veracruzana, integrantes de la Defensoría y Estrategias Integrales para los Derechos Humanos y el Territorio. Cuatro mujeres y cuatro hombros quedaron heridos en la cabeza, manos y rostro, tres gravemente. El otro ataque fue en Puebla, donde siete alumnos de la UAP y activistas contra la represión política fueron detenidos simultáneamente en tres domicilios distintos por la policía ministerial con el plan de acusarlos sin ninguna evidencia de incendiar oficinas del INE el 1 de junio. En los dos casos los agresores se llevaron las computadoras y celulares de los jóvenes.

El sistema necesita las elecciones para legitimarse, el pueblo necesita la revolución para liberarse

El 8 de junio, Enrique Peña Nieto declaró que “En México, la democracia avanza”. Osorio Chong alabó la imposición de las elecciones a sangre y fuego como “una jornada histórica y muy positiva”, y alegó que la votación representó el rechazo a “la impunidad, la violencia, la intolerancia”. Así hablan los “señores” que a diario imponen la más brutal violencia, intolerancia e impunidad imaginable. Cuando los oprimidos se ponen de pie y luchan contra las fuerzas e instituciones que asesinan, maltratan, depauperan y someten a la gran mayoría bajo este sistema, los jefes políticos, los grandes empresarios y los medios de comunicación gritan “vándalos, violentos, delincuentes”. Cuando las fuerzas del Estado golpean, encarcelan y matan a estos luchadores valientes, estos voceros de la dictadura burguesa los alaban por defender la democracia y “el estado de derecho”. El sistema necesita las elecciones para legitimarse, y el pueblo necesita liberarse de las ilusiones electorales. ¡Luchemos contra el Poder y transformemos al pueblo, para la revolución!
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 “Cuando un monopolio del poder político —y, de una manera concentrada, el monopolio de la fuerza armada ‘legítima’— está en manos de un grupo de la sociedad, y este grupo excluye a otras personas de tener ese monopolio de poder y fuerza, pues esto es un dictadura del grupo —o clase— en el poder, no importa si ese grupo en el poder permite que los que excluye del poder, y que domina en los hechos, participen en elecciones para escoger entre diferentes representantes de la clase dominante…”
Lo BAsico de los discursos y escritos de Bob Avakian, 1:23

Aurora Roja
Voz de la Organización Comunista Revolucionaria, México
aurora-roja.blogspot.com                   auroraroja.mx@gmail.com


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