¡Alto a la guerra por el control del narcotráfico, el fortalecimiento del estado reaccionario y la contrainsurgencia preventiva contra el pueblo!

1. El narcotráfico lo crea el sistema capitalista-imperialista, no la gente.
En un sistema donde todo es mercancía, un pequeño grupo de grandes propietarios controlan lo que producen en común muchos millones de personas y la competencia entre esos grandes propietarios para sacar la máxima ganancia es lo que rige en el mundo, el narcotráfico es un gran negocio muy rentable. Por eso hay capos y cárteles, por eso los bancos y otros grandes capitalistas buscan los dólares de los narcos, para lavarlos y para invertirlos. Los Estados capitalistas e imperialistas fomentan y protegen el narcotráfico, porque contribuye a la rentabilidad y competitividad de su capital, así como para financiar guerras de contrainsurgencia con los “impuestos” que les cobran a los capos y para echar mano de los sicarios del narcotráfico para asesinar a gente que consideran un peligro o estorbo para el sistema.

2. El Estado mexicano no existe para proteger a la gente, sino para proteger de la gente a este sistema.
No se puede pactar con el gobierno ninguna salida de esta “guerra” ni ninguna “reconstitución de la sociedad” que sea buena para la gente, porque el gobierno, el ejército, la policía sirven para proteger este sistema y al pequeño puñado en la punta de la pirámide social frente a la gran mayoría de la gente que está excluida de los círculos de poder económico y político. No solo engañan, sino también intimidan, reprimen, desaparecen y asesinan a los dominados. Este Estado y la violencia que ejerce son completamente ilegítimos, y cobijarse bajo la “protección” de uno u otro cartel también significa la muerte y el terror contra la gente. No tenemos que escoger entre dos venenos, sino denunciar y combatir estas dos cabezas de una misma serpiente: el sistema capitalista-imperialista. Los partidos electorales también representan los intereses del sistema, buscan llevar agua a su molino y fortalecer el Estado reaccionario. Hay que oponerse a los intentos de subordinar el movimiento a los intereses de uno u otro partido electoral, a la vez que hay que dar la bienvenida a la participación de personas que participan en algún partido.

3. No es “una guerra contra el narcotráfico” sino una guerra por el control del narcotráfico, para amedrentar y reprimir al pueblo y sobre todo para fortalecer el Estado, que está en crisis.
Todos los niveles del gobierno están coludidos con el narcotráfico, comenzando con el gobierno federal que desde Fox sostiene una alianza con el cártel de “El Chapo” Guzmán. Existe una crisis del Estado, y la “guerra contra el narco” es parte del intento de superarla. El crecimiento del narcotráfico es tanto producto como causa de esta crisis. Las divisiones y fracturas en las estructuras del poder se entretejen con los enfrentamientos entre los cárteles con los que diferentes partes del gobierno están coludidos, socavando la capacidad del Estado de defender los intereses generales del sistema. La guerra reaccionaria del gobierno tiene el propósito de lograr mayor control del narcotráfico por parte del Estado en alianza con ciertos cárteles, fortalecer el Estado reaccionario debilitado y llevar a cabo una guerra de "contrainsurgencia preventiva" contra el pueblo (o sea, represión contra el pueblo para tratar de impedir que se levante cuando todavía no se ha levantado).

4. Hay que aprovechar la crisis del Estado para acelerar una revolución liberadora, en vez de tratar de componer un Estado y sistema obsoletos y opresivos.
Hay que aprovechar esta crisis para acelerar la lucha por deshacernos de este Estado y el sistema que protege, en vez de unir fuerzas con el gobierno para “componer” o “fortalecer” el Estado y sus instituciones represivas (PGR, Policía Federal, FFAA, CISEN). Toda esta podredumbre ya no tiene por qué existir. Para acabar con ella, hay que trabajar ahora para la Revolución, con la nueva concepción comunista que nos da un método y enfoque para entender y transformar el mundo y emancipar a toda la humanidad. Esta nueva revolución puede barrer con el capitalismo y el narcotráfico que engendra, puede crear una nueva sociedad y un nuevo Estado que sirvan al pueblo, y así poner fin a todos los crímenes que el actual Estado comete y no dejará de cometer hasta que sea eliminado. No es cierto que “no se puede hacer nada”. Se puede crear un nuevo mundo, y hay que comenzar ahora mismo.

5. El gobierno y ejército de Estados Unidos, sus espías y agentes aquí son parte del problema, no de la solución.
Nuestro enemigo no es la gente de abajo en EU que consume droga sino el Estado imperialista y los grandes capitalistas que son los más grandes opresores del pueblo en todo el mundo. Según los noticieros televisivos, hay por lo menos 500 agentes de EU activos en librar esta "guerra" en México ya; además se diseña en Washington la estrategia para esta “guerra”, con que buscan reforzar el Estado mexicano bajo el mando cada vez más directo de EU, meter en "orden" al narcotráfico y someter más eficazmente al pueblo. ¡Fuera EU ya!

6. Hace falta una nueva moral de preocuparse por la humanidad, en vez de la moral que inculca este sistema de solo buscar la ventaja propia, y que te valen los demás.
Los 40 mil muertos asesinados por el gobierno y los cárteles son todos víctimas de este sistema inhumano. Son horrendos crímenes en contra de la humanidad. Muchos, como los muertos de las fosas clandestinas de San Fernando, ni tenían que ver con ninguna banda. Es nuestra gente y tenemos que luchar porque se haga justicia. Frente a los intentos del Poder de dividirnos con amenazas de ‘cállate o te va a llevar la chingada’ o ‘si criticas al gobierno estás con el narco’, hace falta luchar por forjar una colectividad y una nueva sociedad guiada por la moral de cuidar y preocuparnos por todos, en vez de la moral degradante de este sistema de ‘me importo yo y me valen los demás’.

7. Resistir y luchar contra el sistema y su violencia reaccionaria; preparar el terreno para la Revolución.
Hay que denunciar las injusticias y crímenes, dar nombre y voz a las víctimas, proteger a los luchadores y periodistas amenazados y aprender de ellos, exigiendo que cesen toda esta brutalidad y terror contra el pueblo. La única salvación para el pueblo queda en su resistencia y lucha combativa e independiente. De lo contrario, el sistema nos amedrentará, nos engañará, nos degradará y nos embrutecerá cada vez más. Aprendamos del ejemplo heroico de los que han desafiado al Poder en los intereses de la gente, y conozcamos las preocupaciones y temores de los que todavía no actúan a fin de ayudar a todos los posibles a comprender la posibilidad y la necesidad de resistir y luchar. En medio de unir en la lucha a las fuerzas más amplias y diversas, hace falta forjar un movimiento revolucionario por la emancipación de la humanidad y preparar el terreno para la revolución, a fin de acabar con la raíz de tantos crímenes y horrores.

¡Alto a la militarización! ¡Fuera ejército de las calles y las comunidades!
¡Alto a la criminalización de la juventud y el juvenicidio!
¡Parar la guerra contra el pueblo!
¡Justicia para todas las víctimas de la violencia reaccionaria del ejército, la policía y los cárteles!
¡Impulsar la resistencia popular sirviendo a la revolución!
¡Por la emancipación de la humanidad de este sistema degradante!

Los puntos expresados aquí se explican y se documentan más a fondo en los siguientes artículos de Aurora Roja 15:

El Auge del Crimen Organizado y la Decadencia del Criminal Estado Mexicano, Frutos Gemelos de un Sistema Completamente Podrido

La Revolución y el Trabajo Revolucionario

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